Caleb en Ecuador

CARTAS

9/15/20253 min leer

Josue 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Queridos amigos y familias,

Con mucha alegría quiero compartir una gran noticia: ¡mi visa para Ecuador ha sido aprobada y muy pronto estaré mudándome allí!

Como mencioné en mi carta de marzo, la organización de aviación misionera Alas de Socorro (MAF Ecuador) me ha invitado a unirme a su equipo. Formaré parte del grupo encargado de implementar un software de mantenimiento de aeronaves, un programa que permitirá un control mucho más eficiente y seguro de este proceso.

Alas de Socorro (MAF Ecuador) ha servido durante muchos años a comunidades remotas del país, especialmente en regiones amazónicas y de difícil acceso, transportando misioneros, pacientes y suministros esenciales. La aviación misionera es vital en una tierra de montañas y selvas, donde muchas veces el avión es el único medio para llegar a esas personas. La base está en Shell, desde allí podré contribuir para que este ministerio siga avanzando.

Además, en algunos momentos también tendré la oportunidad de apoyar directamente en el mantenimiento de las aeronaves, una ocasión única para mi crecimiento profesional y ministerial en la aviación misionera, adquiriendo experiencia práctica que será valiosa para toda la vida. Estoy muy feliz; después de más de nueve meses de preparación y trabajo en este proyecto, por la gracia de Dios ha llegado el momento de dar este paso.

Quiero agradecer a Dios, en primer lugar, por esta oportunidad que Él me ha dado, al equipo de MAF y de Alas de Socorro por todo el apoyo, y también a cada uno de ustedes que me han acompañado fielmente en oración. Estoy profundamente agradecido por la vida de cada uno.

Mi corazón se aprieta al pensar en dejar Brasil—mi casa, mis amigos y familias. Este año se cumplen 11 años desde que vine aquí—¡la mitad de mi vida!—y este país me recibió con tanto cariño que realmente se convirtió en mi segundo hogar. Estos últimos seis años han sido cruciales en mi vida: terminé la universidad, di mis primeros pasos en la aviación misionera, construí amistades preciosas con personas de diferentes partes de Brasil y del mundo, y crecí tanto como persona como siervo del Señor.

Sé, sin embargo, que el Señor me ha llamado a servirle, y en la vida misionera las despedidas forman parte del camino. Como hijo de misioneros (HM), ya pasé por varias de ellas—algunas más difíciles que otras. Pero esta vez es diferente: por primera vez estaré sirviendo en el campo “solo”, sin la compañía de mi familia, en un país nuevo y desconocido. Aun así, voy en paz, sabiendo que el Señor ha cuidado de mí y que seguirá guiando cada paso, dondequiera que vaya.

Si deseas seguir caminando conmigo en este nuevo tiempo, ya sea en oración o apoyándome de otras maneras, será una gran alegría poder compartir más detalles contigo. No dudes en ponerte en contacto conmigo—¡será un gusto conversar contigo!